sábado, 5 de mayo de 2007

Un Ser Muy Especial

Como tú…no hay dos

Nació entre las espléndidas montañas del Gigante Dormido del querido pueblo de Adjuntas, Puerto Rico. Sus padres fueron comerciantes y poseían muchas tierras en el Bo. Tanamá. La enviaron a estudiar hasta cuarto grado porque su padre la necesitaba en la tienda atendiendo al público que día tras días acudían a la tienda, para sus compras realizar.

El Sr. José B. Vélez conquistó su corazón y se amaban entrañablemente. Él, tuvo que irse al ejército y eso ocurrió para la Guerra de Vietnam. Se escribían, pero una vez regresó contrajeron nupcias. Procrearon cinco hijos que llenaron su corazón de amor sinigual.

Recuerdo… verlo partir para EEUU porque la situación en el hogar se tornó bien difícil. Estuvo cuatro años fuera de la Isla del Encanto. En sus cartas le mandó un mensaje a su hija “la negrita, de cariño, que en su ausencia siempre le diera dos besos a su mamá y sería lo mismo que dárselo a él”. Esa niña, hoy es madre y ha enseñado a sus hijas a besarse en ambas mejillas porque aquella enseñanza quedó esculpida en el corazón de una niña, que hoy también, como ella ,soy mujer, y madre.

Regresó al hogar y regresaron las esperanzas, el amor y la compresión. Esa mujer confeccionaba hermosos vestidos para sus hijas y para el vecindario. ¡Qué días tan inolvidables! Hacía pasteles, rellenos de carne, y los vendía para el sustento de su familia.

Todos se convirtieron en profesionales porque nunca perdió las ansias de luchar contra toda tempestad para lograr sus metas. Esa hermosa mujer…es mi madre, mi amiga y compañera. Tiene ochenta años y está bien dura, con sus achaques propios de su edad, pero es una fuente de inspiración a todo aquel que la conoce. Ella es incansable, no se detiene. El día que siente dolor en sus huesos, es cuando más tareas suele realizar porque me expresa que si se detiene el dolor se apoderará de ella y es menester el permanecer en movimiento para que esto no suceda.

La observé gastarse en su dolor con la partida de mi hermano Junior y mi hermana Eileen (la menor). Pensé que la perdería también, pero a Dios le ha placido que todavía esté junto a nosotros. Le pido a mi Dios que me permita terminar mis estudios doctorales lo antes posible porque sé que para ella será una grata alegría y siempre quiero verla sonreír felizmente. Me infundió el temor a Dios desde pequeña, a respetar a los demás no importando la edad que éstos tengan. A diferir y seguir luchando sin perder las esperanzas cuando las cosas se tornen difíciles. Esa es mi madre querida, amada y respetada.

Me gusta hacerla reír y es un gran tesoro el cual conservo y comparto con todos los que disfrutan de su agradable compañía. Es por tal razón, que desde lo más profundo de mi corazón saco una hermosa flor para decirle así:

Madre, pedazo de mi ser
Eres cual gaviota que surcas el horizonte
Llenándome de felicidad.

La luna se detiene a contemplarte
Y ha preparado hermosos rayos de luz para ti,
Y el horizonte se ha perdido en el ocaso
Al ver tu resplandor dentro de mí.

No olvidaré nunca tus consejos,
Ni tus palabras, ni tu sonrisa sinigual,
El perfume de tu aroma
Inspira a mi alma…haciéndome suspirar,
Porque como tú madre…no hay dos ,
Y eres un ser muy especial
Por eso hoy te quiero felicitar.

FELICIDADES, MAMÁ…TE QUIRO TANTO…

POR: NANCY VÉLEZ

Si hoy la tuya no está junto a ti, te invito a buscarla en los recuerdos de tu infancia, en las veces que tomó tus manos y te besó. Algún día podrás verla...ánimo...ella espera por ti. Su recuerdo no muere como no muere el horizonte, ni el río, ni el mar. Dios te bendiga, hoy y siempre.